Sospechosamente en este número 22, el último arcano, sucedieron cambios extraños... frio, rayos y centellas, lluvia; también perdimos la conexión a internet (no pagamos, pues cómo), murió la "bonita" (chucha vecina del taller de edición), y Marciano Durán nos reclamó los derechos de una crónica que le firmamos a Eduardo Galeano (leer chisme aquí)... pero pues -eso sí- la banda sigue cerca, rifándosela. Chido. Gracias. Snif.
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