Estos últimos días de diciembre se está celebrando en El Caracol de Resistencia Hacia un Nuevo Amanecer (La Garrucha, Chiapas) en III Encuentro de los Zapatistas con los Pueblos del Mundo y I Encuentro de las Mujeres Zapatistas con las Mujeres del Mundo. “Como aquí tenemos maíz amarillo, negro, blanco,… nos sentimos muy contentas de ser muchas y diferentes, pero una sola humanidad” resumió la Comandanta Rosalinda. Caminando por el Caracol, puedes encontrarte con distintas mujeres que están en diferentes luchas, Mujeres de Negro, mujeres capacitadoras de educación y salud en comunidades indígenas, mujeres del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, de Vía Campesina, mujeres zapatistas, mujeres de la Otra Campaña, niños, niñas, jóvenes de todas partes del mundo y también hombres. Aunque ellos en esta ocasión, según las organizadoras del encuentro, no participan en las plenarias, porque la voz es de las mujeres.
Durante el primer día se ha dado a conocer el trabajo de las mujeres de los caracoles de La Garrucha y Morelia. Una de las ideas que más se han remarcado es que son mujeres y comunidades en resistencia que no piensan abandonar las tierras recuperadas desde levantamiento de 1994 dada la situación de presión paramilitar que están viviendo actualmente. Las mujeres han explicado su lucha por hacer oír sus voces y poner en práctica sus derechos. Cómo una compañera zapatista dijo “Dicho en palabras parece muy sencillo, pero detrás hay el trabajo y el llanto de muchas mujeres”.
De cada caracol han intervenido representantes de las promotoras de educación, de salud, de la Junta de Buen Gobierno, abuelas, madres, niñas, mujeres casadas, mujeres solteras, mujeres responsables de trabajos colectivos, de la Comisión Agraria, Comandantas e insurgentes del EZLN y otras compañeras.
Muchas de las mujeres mayores conocieron la vida en las haciendas donde se veían obligadas a trabajar en condiciones extremas, sin alimentación, ni educación, ni atención a la salud e incluso eran agredidas sexualmente. Nos explicaron como esta situación cambió a partir del 1994 porque, como dicen ellas “nos dimos cuenta que como mujeres tenemos el mismo derecho a aprender y defendernos”.
La educación es para ellas una necesidad básica, una de las demandas zapatistas. En las escuelas del gobierno sentían como se rechazaba su lengua materna y su identidad: “Son las ideas de otras gentes que ni siquiera saben cómo vivimos”. Promotora de educación de Morelia. Por ello, hay muchas mujeres capacitándose como promotoras de educación junto con otras coordinando los centros de formación y están haciendo una educación autónoma para todas y todos, basada en el compañerismo, el respeto y la igualdad donde se respeta la propia cultura, lengua e identidad. “La educación autónoma nació por todos las niñas y niños, para todas las mujeres y hombres. Muchos se burlaban de nosotras por ser zapatistas y porqué no sabíamos, pero nosotras no nos desanimamos. Queremos que sean tomadas en cuenta nuestras palabras como niñas y mujeres, merecemos el respeto de todos, ahora como mujeres lo sabemos, no queremos volver al desprecio, la humillación y el olvido”, explicó una promotora de educación de Morelia.
Ante una pregunta de una mujer de la sociedad civil acerca cómo es la relación entre padres e hijos con respecto a la educación, una de las compañeritas niñas que se encontraba en la mesa respondió que “los padres las animan a esforzarse en la escuela”.
Uno de los momentos más emocionantes del día fue la participación de las niñas en las varias sesiones plenarias donde explican cómo es su lucha como niñas. Una de las niñas del Caracol de La Garrucha dijo: “Ahora les voy a platicar sobre mi vida. Tengo ocho años. Como niña tengo derecho a hacer lo que quiera. A estudiar en las escuelas. Mis padres me animan. Tengo derecho a jugar, a bailar, a pasear gracias a esta lucha y a nuestros mayores, a cambiar la vida de la humanidad. Conozco la realidad, estos derechos serán mi mejor arma para luchar en el futuro. En mi escuela a veces no encontramos los materiales, mis papás trabajan para conseguirlos. No agarramos migajas del mal gobierno”.
Las promotoras de salud hicieron especial énfasis en el trabajo en la necesidad que existe de mayores recursos para la atención específica de las mujeres. Las muertes de mujeres en el parto y por complicaciones antes y después del mismo, así como por cáncer cérvico-uterino eran muy frecuentes antes de 1994, según relataron las promotoras, a causa del desconocimiento de cuidados sobre la salud de las propias mujeres, de la falta de recursos para llegar a los hospitales y por la mala atención que recibían una vez allí. También se explico como frecuentemente los hombres no prestaban atención a las dolencias de las mujeres, hasta que estas eran muy graves y ya no existía la posibilidad de curarse. En los partos tradicionales las mujeres eran atendidas por las parteras que habitualmente no contaban con muchos medios en caso de dificultades. Cuando nacía una niña la partera cobraba menos que cuando nacía un niño pues se consideraba que la niña tenía menos valor. Gran parte del trabajo de las promotoras de salud consiste en informar a las mujeres acerca de cómo cuidarse antes y después del parto, y también sobre nutrición y salud sexual. Las promotoras utilizan tanto la medicina tradicional como la medicina biomédica que se halla al alcance de sus recursos. Una de las mujeres de la Junta de Buen Gobierno de la región de Morelia habla de la necesidad de que existan promotoras de salud para que las mujeres tengan acceso a ella “es importante que en salud haya compañeras para que no les de pena recibir el tratamiento a las mujeres”.
En las micro clínicas y casas de salud que se han construido en los territorios zapatistas se atiende a todo el mundo que lo necesita, no se reproduce el mismo trato que ellas recibían y reciben en los hospitales.
“Nuestro deber como mujeres es que haya mas mujeres que participen” decía Ofelia, de la Junta de Buen Gobierno de Morelia, Corazon del Arco Iris de la Esperanza. “Nuestros pueblos nos han elegido para velar por los intereses colectivos y comunales, un gobierno que manda obedeciendo, que busca el desarrollo equitativo”.Las mujeres que están en cargos como autoridades (cargos de responsabilidad hacia los municipios autónomos, la Junta de Buen Gobierno etc) intentan fomentar la participación de las muejres en todos los niveles “es necesario que tengamos compañeras en la producción, que sean locutoras de radio difusora, que en educación haya educadoras para que tengan mas confianza con las niñas. Hay temas especificos para las mujeres. Ellas se encargan de realizar los trabajos para que haya igualdad en cada area de trabajo. Si nosotras no lo hacemos, ¿Quién lo va a hacer?”. Una de las compañeras del caracol de La Garrucha, hablando como representante de las mujeres solteras dice que “Aunque no sepamos leer ni escribir, tenemos conocimientos que compartir. Valor y participación que tenemos como solteras, no queremos seguir explotadas y vamos a luchar por nuestros derechos como mujeres”
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