Se trata de dos historias, una dentro de otra, la primera: Kowloon (nueve dragones) un pequeño territorio chino, antiguamente amurallado, en el interior de la colonia británica de Hong Kong; donde los pobladores construyeron y habitaron la tierra, sin ningún tipo de ayuda "profesional", hasta conseguir copar prácticamente la totalidad de los 0.026 km² de extensión.
Las construcciones se adosaban unas con otras, sustituyendose con el tiempo por otras más altas, hasta llegar a la situación límite de finales de los 80. En el año 1987, cuando se decidió finalmente la demolición de Kowloon, se estima que la habitaban alrededor de 50.000 personas. La evacuación se retrasó hasta principios de los 90, procediendose a la demolición en 1993. Los 33.000 habitantes que quedaban por aquel entonces fueron reubicados.
La segunda historia es de Tsang, un hombre que nació en la oscura ciudad de Kowloon, con la que inició su diálogo -vía graffiti- a los 35 años (en 1956). Con un pincel de caligrafia y un bote de pintura negra, empezó a escribir sobre cualquier superficie pública; allí se podía leer "Rey de Kowloon, Tsang" junto a frases contra el regimen inglés, entre otras reflexiones. Fue detenido por la policía y encarcelado muchas veces, acusado de vandalismo, pero siempre "reincidió".
Un mal día, unos contenedores de basura aplastaron sus dos piernas. Pero aún con muletas continuó difundiendo su mensaje por la ciudad, hasta que en 2003 a la edad de 82 años se retiró porque sus rodillas no aguantaban más. Ese mismo año su trabajo fue reconocido internacionalmente en una exposición fuera de China, donde se pagó hasta 7000 dolares por una obra suya. Tsang murió entre 換言之 hace meses (15 de Julio de 2007) a los 86 años.
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