"La belleza del cuerpo es un viajero que pasa; pero la del alma es un amigo que queda." - Saavedra Fajardo
Un pajarito me ha contado que te aburres horrores en casa y como no sabes qué hacer con tu tiempo libre quieres inscribirte a una agencia de modelaje para ser modelo. Ese pajarito es un pajarito que quiero y respeto mucho. Tú también quieres y respetas mucho a ese pajarito, e incluso lo respetas y quieres más que yo; sin embargo, dadas las circunstancias actuales, de que estás a punto de romper el capullo para salir convertida en una hermosa y multicolor mariposa, las palabras y consejos que te pueda dar el pajarito las tomarás como un ataque personal, por más que el pajarito cuidadosa y amorosamente seleccione cada una de esas palabras para intentar hacerte ver que el mundo es un lugar hostil y lleno de espejismos.
En cuanto a mí, francamente me agrada la idea de que estés creciendo. Ahora tú y yo podremos ser muy buenos amigos, ya que hablaremos en el mismo idioma. Y prueba de ello es este escrito, que estoy seguro entenderás de cabo a rabo, pues ni te creas que no sé que eres una pilluela que se desliza a la computadora cuando nadie te ve y entras a leer esas cosillas prohibidas por la moral cristiana que escribo en mi blog que tanto incomodan a ciertos pajarillos poderosos y sinvergüenzas.
Ahora bien, dejaré a un lado eso de los pajarillos y las mariposas y las metáforas pues sospecho que de seguir con ese lenguaje, además de quedar como un perfecto imbécil ante tus ojos, empezarás a despreciarme, tanto o más que a la mayoría de los adultos que te quieren seguir tratando como si fueras una niña de brazos. Si te soy sincero, ni me va ni me viene que quieras inscribirte a una agencia de modelaje. Si quieres ser modelo, adelante. Eres muy bonita y no dudo ni un segundo que logres serlo en corto tiempo. Sólo quiero que sepas que tienes y tendrás mi apoyo incondicional. También mi más grande sonrisa y mis más calurosos halagos cuando te vea caminar en los huesos y semidesnuda sobre una pasarela o retratada con los pechos rellenos de silicona en la portada de una revista de cotilleo. De igual forma tendrás mi hombro para derramar una que otra lágrima cuando antes de que seas famosa tengas que soportar estoica y con tu mejor cara las vulgares proposiciones de hombres soeces y repugnantes que pensaste el mundo no podría engendrar, o cuando tengas que entubar tu flacucho cuerpecito en nylon, licra o el material que esté de moda para edecanear en las esquinas, supermercados y carnavales, contoneándote al ritmo de aplausos y de vertiginosas canciones de reggaetón; pues palabra, ese será el vía crucis que tendrás que recorrer antes de llegar a la cima donde pretenden llegar tus más fervorosos sueños.
Te repito, si quieres ser modelo, adelante. Las recompensas son muy tentadoras. Amigos, novios, excesos, halagos, viajes. A mayor o menor escala, según sea tu fama. Aprenderás a obedecer, y descubrirás que tu cuerpo será tu templo y tu belleza tu medio de subsistencia. Eso es lo que sabrás al final del camino. Eso es lo que tu papá, perdón, cierto pajarillo, quiere decirte pero no puede, porque sabe que lo ignorarás e incluso te enojarás con él. Yo no soy quién para andar dándote consejos y diciéndote como debes vivir tu vida; lo único que puedo decirte es que le des una oportunidad a tus horas de aburrición en casa. Aprende a disfrutar tu tedio. A saborear los silencios. A escuchar cada uno de tus pensamientos. Te sorprenderá descubrir que tienes una vocecilla interior que te impulsará a cuestionar el mundo. A plantearte cientos de interrogantes. A buscar respuestas. A tropezarte con los libros y descubrir un nuevo mundo en ellos. Un nuevo lenguaje. Pero, y si después de todo ello terminas llegando a la conclusión de que tu misión en la vida es invertir tu existencia en la glorificación de tu cuerpo, adelante, inscríbete a la agencia de modelaje, que yo seré el primero en aplaudirte y apoyarte, y luego, el primero en romperle el hocico al primer animal que alabe y se babee por tus curvas en el carnaval.
En cuanto a mí, francamente me agrada la idea de que estés creciendo. Ahora tú y yo podremos ser muy buenos amigos, ya que hablaremos en el mismo idioma. Y prueba de ello es este escrito, que estoy seguro entenderás de cabo a rabo, pues ni te creas que no sé que eres una pilluela que se desliza a la computadora cuando nadie te ve y entras a leer esas cosillas prohibidas por la moral cristiana que escribo en mi blog que tanto incomodan a ciertos pajarillos poderosos y sinvergüenzas.
Ahora bien, dejaré a un lado eso de los pajarillos y las mariposas y las metáforas pues sospecho que de seguir con ese lenguaje, además de quedar como un perfecto imbécil ante tus ojos, empezarás a despreciarme, tanto o más que a la mayoría de los adultos que te quieren seguir tratando como si fueras una niña de brazos. Si te soy sincero, ni me va ni me viene que quieras inscribirte a una agencia de modelaje. Si quieres ser modelo, adelante. Eres muy bonita y no dudo ni un segundo que logres serlo en corto tiempo. Sólo quiero que sepas que tienes y tendrás mi apoyo incondicional. También mi más grande sonrisa y mis más calurosos halagos cuando te vea caminar en los huesos y semidesnuda sobre una pasarela o retratada con los pechos rellenos de silicona en la portada de una revista de cotilleo. De igual forma tendrás mi hombro para derramar una que otra lágrima cuando antes de que seas famosa tengas que soportar estoica y con tu mejor cara las vulgares proposiciones de hombres soeces y repugnantes que pensaste el mundo no podría engendrar, o cuando tengas que entubar tu flacucho cuerpecito en nylon, licra o el material que esté de moda para edecanear en las esquinas, supermercados y carnavales, contoneándote al ritmo de aplausos y de vertiginosas canciones de reggaetón; pues palabra, ese será el vía crucis que tendrás que recorrer antes de llegar a la cima donde pretenden llegar tus más fervorosos sueños.
Te repito, si quieres ser modelo, adelante. Las recompensas son muy tentadoras. Amigos, novios, excesos, halagos, viajes. A mayor o menor escala, según sea tu fama. Aprenderás a obedecer, y descubrirás que tu cuerpo será tu templo y tu belleza tu medio de subsistencia. Eso es lo que sabrás al final del camino. Eso es lo que tu papá, perdón, cierto pajarillo, quiere decirte pero no puede, porque sabe que lo ignorarás e incluso te enojarás con él. Yo no soy quién para andar dándote consejos y diciéndote como debes vivir tu vida; lo único que puedo decirte es que le des una oportunidad a tus horas de aburrición en casa. Aprende a disfrutar tu tedio. A saborear los silencios. A escuchar cada uno de tus pensamientos. Te sorprenderá descubrir que tienes una vocecilla interior que te impulsará a cuestionar el mundo. A plantearte cientos de interrogantes. A buscar respuestas. A tropezarte con los libros y descubrir un nuevo mundo en ellos. Un nuevo lenguaje. Pero, y si después de todo ello terminas llegando a la conclusión de que tu misión en la vida es invertir tu existencia en la glorificación de tu cuerpo, adelante, inscríbete a la agencia de modelaje, que yo seré el primero en aplaudirte y apoyarte, y luego, el primero en romperle el hocico al primer animal que alabe y se babee por tus curvas en el carnaval.
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